El
deterioro de las condiciones sociales en Guatemala, la negligencia,
delincuencia y la impunidad, generan inseguridad, y nos obligan a informarnos y
actualizarnos.
Es
increíble el punto hasta donde ha llegado nuestro país, estoy indignado y somos
todos víctimas más de los que vivimos en Guatemala y nos damos cuenta en
realidad que no existe justicia, no hay conciencia ciudadana y somos un pueblo
ignorante que siempre vota por las mismas ratas, sinvergüenzas y hasta elegimos
a delincuentes. Con esto de José Rubén Zamora presidente de “El Periódico”, quien también
podríamos decir que fue chantajista, pero a la vez tuvo la obligación ahora de
ser contundentemente crítico, también hay personas y medios en el periodismo
que usan a un medio para extorsionar y llenar otro tipo de exigencias y ahora
le toca enfrentar la justicia. El que
nada debe nada teme. Al final es de mi
agrado informarles que estamos bien pisados, viendo las estadísticas CID Gallup
por ejemplo en el área de personas evangélicas en cada país Guatemala esta en
segundo lugar con más del 40%. “Todas las religiones están basados en el miedo
de los muchos y la inteligencia de los pocos”.
Pero como
están las cosas cuando no se tienen los suficientes recursos para defenderse,
lo mejor es poner en práctica estas acciones: Bajar el perfil, no seguir
costumbres o rutinas diarias, tener teléfonos de emergencia, aunque con la Policía
Nacional Civil dan más miedo que seguridad-; es pura lógica, de nada sirve
aumentar el número de efectivos y dotarlos de mayores herramientas si no son
aptos para cumplir con la función que se les asigna como “guardianes del orden”.
Recordemos cuanto más preparados estemos más cuidadosos seremos, menos
probabilidades habrá de ser víctima de algún hecho delictivo. Por
supuesto nadie tiene la fórmula mágica para acabar con la delincuencia que
ocurre en nuestro país, pero si tendremos que tomar medidas preventivas
altamente efectivas contra la delincuencia que acosa cada día más a los
chapines honrados; más allá de las anécdotas y relatos de inseguridad, la falta
de una fuerza de seguridad pública eficiente, y la falencia de la “justicia”
provoca que toda la región recaiga en la ley de la selva, y que cada uno haga
justicia como sea aunque sea por mano propia y nos convertimos en parte de la
inseguridad y regidos por la ley del Talión, Ojo por ojo, diente por diente.
Queda claro que la educación juega un papel muy importante en la seguridad podríamos
decir que es vital.
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