Tus
palabras empiezan a perder valor cuando tus acciones no coinciden. Eso lo digo
yo todos los días en familia, la religión, en las relaciones y hasta en estos
tiempos de política. Si la representación de tus palabras, pierdes toda
credibilidad cuando estás haciendo cosas en la vida que no coinciden con tus
palabras y viceversa. ¿Te estás representando a vos mismo con este tipo de acciones?
Las acciones pueden acompañar a las palabras o pueden contradecirlas. Las
palabras resultan más confiables si las acompañamos de hechos que señalen en la
misma dirección y en el mismo sentido. Hechos que apoyen la veracidad de las
frases en las que viajan deseos, promesas, arrepentimientos o intenciones. Los
hechos alimentan la confianza y hacen que nos relajemos, que no estemos siempre
alerta. Por lo tanto, que la tensión disminuya y que estemos en disposición de
disfrutar más de esa relación. Si una persona dice que es amable y cariñosa,
pero te muestra lo contrario, entonces lo contrario es lo que es. No podemos
escondernos mucho tiempo de nuestro verdadero yo eventualmente, la verdad flota
hacia la cima para aquellos que realmente quieren ver.
¿Por qué es
esto cierto? El resultado podría sorprenderte. Nuestro cerebro tiene dos
hemisferios, el izquierdo y el derecho. La parte que nos permite hablar está en
el lado izquierdo. Esta es la parte que usamos cuando generamos palabras, ya
sea hablando con la gente o pensándolas para nosotros mismos en nuestra cabeza.
Los experimentos con cerebro dividido en las décadas de 1970 y 1980 se
realizaron en personas a las que se les dividió el cuerpo calloso
quirúrgicamente para el tratamiento de una afección médica (el cuerpo calloso
es el conjunto de nervios que conecta los dos hemisferios en individuos
normales). Los pacientes con cerebro dividido se comportaron normalmente
después de la cirugía. Sin embargo, en condiciones especiales en el
laboratorio, la información podría presentarse a un hemisferio a la vez, y esta
información no podría transmitirse al otro hemisferio. Hallazgos interesantes
ocurrieron cuando al hemisferio derecho se le dieron instrucciones para actuar
de las que el hemisferio izquierdo no era consciente. Por ejemplo, se le
indicaría al hemisferio derecho que saliera de la habitación. Entonces se le
preguntaría al paciente “¿Por qué te vas?” En estas situaciones, cuando se le
preguntaba al paciente por qué estaba realizando la acción, la respuesta verbal
vendría del hemisferio izquierdo, que desconocía las instrucciones que había
recibido el cerebro derecho. A pesar de esto, el lado izquierdo del cerebro
responde de inmediato con una explicación inventada "Quería conseguir una
coca cola", sin actuar confundido o cuestionar la situación. En otras
palabras. Nuestro cerebro izquierdo encontrará una razón para explicar nuestras
acciones sin reconocer que no sabe la razón por la que las estamos haciendo.
Si no damos
valor a nuestra confianza estamos abocados a relaciones en las que nos
pisotearán una y otra vez. Las falsas esperanzas te llenan de aire pero no te
alimentan Al fin y al cabo es la verdad la que siempre nos muestra el camino auténtico.
Les dejare la frase de Benjamín Franklin : “El que vive de esperanzas, muere de
sentimiento”.

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