martes, 11 de febrero de 2025

¡Guatemala, el país del eterno reciclaje (de políticos y desgracias)!

Si algo nos distingue a los guatemaltecos, además de nuestro amor por los mangos y la habilidad para encontrarle el lado chistoso a cualquier tragedia, es nuestra capacidad de aguante. Porque, seamos honestos, aquí no nos faltan recursos, lo que nos sobran son ladrones con corbata y cinismo de sobra. Recientemente, hemos visto a políticos viajando de un lado a otro, dizque "ayudando" a comunidades, cuando en realidad lo que están haciendo es montando su propio circo con la tragedia ajena. Si tanto amor tienen por su distrito, ¿por qué no se quedan a trabajar en él en lugar de andar de turistas humanitarios? Como decía Mafalda: "No somos un país pobre, somos un país empobrecido por políticos mafiosos". Y vaya que tienen talento, porque cada cuatro años logran convencernos de votar por los mismos personajes reciclados. Hablando de reciclaje, ya logramos ser expertos en reciclar presidentes y diputados nefastos, ahora sólo nos falta ponernos igual de pilas con la basura real y, de paso, sembrar unos árboles. Cuentas, impuestos y mangos caros Por lo menos, en medio del caos, hay pequeños triunfos personales: logé conseguir un trabajo de horario de oficina con fines de semana libres. ¡Victoria! Pero claro, no hay alegría sin factura adjunta, porque ahora toca pagar cuentas que subieron de precio como si las cobraran en dólares. Y como ya empieza la temporada de mangos, espero que al menos me alcance para darme ese gustito sin que me lo cobren como si fuera importado de Dubái. Y hablando de dinero mal invertido, los impuestos que pagamos siguen desapareciendo en los bolsillos de burócratas que nos ven como su cajero automático. En lugar de darnos un transporte digno o calles sin hoyos, terminan financiando lujos para funcionarios que creen que merecen más de lo que aportan. El show del Super Bowl y el drama nacional Al menos en el fútbol americano las cosas salieron bien: ganó el equipo que quería que ganara, los Philadelphia Eagles. En cambio, en Guatemala, el espectáculo sigue siendo el mismo de siempre, con la USAD (la versión guatemalteca de USAID, pero con "D" de "Despilfarro") gastando fondos para "sorprendernos" con proyectos que nunca llegan a nada. Mientras tanto, la corrupción sigue siendo el deporte nacional, con tragedias como la del bus que cayó del Puente Belice, cuyo chofer, por cierto, tenía licencia tipo C. Porque aquí los accidentes no son sorpresa, sino rutina. Lamentablemente, la falta de controles y la indiferencia de las autoridades nos siguen cobrando vidas. Entre el desorden y el amor (o lo que queda de él) Nos encanta imitar a países que sí tienen orden en el tráfico y en sus cuentas gubernamentales, pero nos cuesta demasiado hacer las cosas bien. Queremos carreteras europeas con mentalidad de "sálvese quien pueda". Y mientras seguimos en el caos, San Valentín ya está a la vuelta de la esquina. Para algunos es la excusa perfecta para gastar en chocolates y cenas románticas, para otros es un recordatorio de que el amor aquí es tan escaso como los políticos decentes. En fin, así es Guatemala: un país de contrastes, donde las desgracias y los memes van de la mano. Pero si algo nos mantiene en pie, además del café y la buena música, es nuestra capacidad de reírnos a pesar de todo. Y claro, mis tres perritos, que siempre están ahí para recordarme que, aunque el mundo sea un caos, el amor sincero sí existe... aunque venga con ladridos y pelos en la ropa.

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