Aunque suene a tópico, esto no es una despedida

Me toca hoy escribir mi última articulo en mi vida, despedirme de los medios de comunicación como también de La Voz de Xela, en Quetzaltenango tiene su encanto mucha de su gente, sus lugares, sus colores, sus sonidos, sus aromas, y sus sabores. Claro que no es un Adiós, es sólo un hasta luego. No me dieron la oportunidad debido a las circunstancias que vivimos en Guatemala de indiferencia, empatía y falta de huevos en muchos otros casos. Llevo viviendo en Guatemala por aproximadamente muchísimos años por motivos profesionales, me despido hoy para hacer mis estudios una realidad y mis sueños, -buscar mi otra Patria-, y seguir otros sueños y aventuras. Sin embargo, voy a estar siempre vinculado con Guatemala. Siempre viene uno con la ilusión personal de conocer toda la cultura milenaria, sus volcanes, sus playas de arena negra y agua lago turbia, sus valles fértiles, su arte popular y el de sus grandes maestros y descubrí tantos otros ignotos que abundan en las calles de Sololá, por ejemplo De mi vida profesional aquí ya tuve oportunidad de despedirme, y aunque fue difícil, me dio la posibilidad de conocer aún más Guatemala, despertar mi curiosidad, con otros sentidos más puros. Ahora me toca despedirme como Francisco, sin pelos en la lengua, logos o etiquetas. Quiero comenzar por un sentido de muchas Gracias a todos aquellos que me ayudaron a todos los que estuvieron siempre pendientes de nosotros, los que nos regalaron su amistad, nos abrieron sus casas y sus corazones, esas pequeñas estrellas que brillaron en todo nuestro recorrido, iluminaron nuestros senderos, y cuya luz esperamos nos siga alumbrando a pesar de las distancias físicas. Gracias a mis queridos alumnos del idioma inglés, a mis lectores, a mis seguidores, a esos lectores circunstanciales por la generosidad de sus mentes abiertas, y la calidez de sus comentarios. La lista de personas a agradecer sería interminable, en especial porque quiero agradecer y rendir tributo a ese chapín o chapina cuyo nombre no conozco o talvez si y que hizo mi vida más fácil, más agradable, aquél o aquella que me regaló su corazón. Quiero agradecer la bondad del extraño. Esta vida que llevo me enseñó a ser más paciente, más agradecido, más empático con el otro, el descubrir que cada día nuevo era un milagro, una aventura, que estamos de paso y la vida. Me duele Guatemala de la injusticia, el de la desigualdad, el de la mujer postergada o maltratada, la falta de esperanza para tantos, la frivolidad e indiferencia de algunos, ¡tantas víctimas! Me llevo estampados esos ojos rasgados que sin rencor sueñan por algo distinto, por tener fe de algún día todo cambiara para el bien de todos no solamente de tanto mierdatario que circula en el país. Me voy porque es el camino correcto por ahora, les deseo con todo mi corazón a Guatemala y querido, progreso, bienestar, justicia, y una lluvia de bendiciones para todos sus habitantes. ¡Los llevo grabados en mi mente con una gratitud infinita, hasta la próxima!