lunes, 26 de mayo de 2008

Estamos en la calle de la amargura…

Los chapines, con cualquier cambio en el país, nos creamos esperanzas, tanto es así que siempre quedamos muy decepcionados.
Ya estamos en Mayo y aun seguimos teniendo puestas nuestras esperanzas en que, un día, nuestras expectativas se vuelvan realidad. A pesar que con el paso de los años, las circunstancias han sido otras, estamos dispuestos a creer que todo cambiará (talvez porque lo necesitamos tanto…), pero nos damos cuenta con el tiempo lo equivocados que seguimos estando.
Al creer poner fin a sus problemas “económicos”, el guatemalteco hace de todo para sobrevivir pero nadie parece darse cuenta que la moneda nacional cada día vale menos, (responsabilidad del Banco de Guatemala y la Junta Monetaria), y un Estado que aún no provee ni de Salud, Educación, Seguridad ni Infraestructura a la población. Y entonces qué se han pasado haciendo todos estos años, lo más probable es que todo el dinero que recibe el Gobierno del pago de los impuesto lo malgaste y ayude a salir de la pobreza a muchos funcionarios de gobierno, quienes no tienen problema en amasar su fortuna personal que de otra forma no habría sido posible si no hubieran participado en el poder.
Yo anhelo, como muchos otros, tener un transporte urbano eficiente, que otros países tienen desde hace siglos. Además de que nuestros funcionarios sean la solución no el problema, tener mejores y más oportunidades de trabajo, tener un medio ambiente protegido del cual poder recrearse, y que la violencia no sea parte de nuestro diario vivir. De esta manera necesitamos mejorar nuestro país, pero para esto es necesario que inicie conmigo y con usted. Estamos pasando por una etapa en que la ciudadanía carece de mucho y al país le falta de todo. Necesitamos cambiar nuestro comportamiento para que podamos vivir en un país donde tengamos el orgullo de ser guatemaltecos…
Por eso, hoy lanzo un llamado para que avancemos y que nuestras expectativas las concretemos haciendo las cosas bien hechas la primera vez. El tiempo se nos va, la vida no es eterna, ya es hora que estemos agotados, cansados de no salir nunca para adelante.

jueves, 15 de mayo de 2008

Viejos verdes y daltónicos…

No conozco mejor definición de la tragedia resultante de envejecer y al tiempo mantener intacto el remolino del deseo. ¿Qué hacer cuando el afuera y el adentro ya no son uno solo? Es más, ¿cuándo se contradicen
dramáticamente entre sí? Porque el alma no envejece sola, sino que va detrás, llorando, volviéndose vieja a la fuerza, jalonada por la decrepitud progresiva del cuerpo. Como un reo que se arrastra y tropieza, atado a la carroza del verdugo. Pero por supuesto, como toda tragedia que se respete, esta tiene su contra parte. Para poder hablar de esa contra parte, les tengo que explicar la historia del vocablo. Es bastante curiosa. Hasta hace unos cuatro siglos, la expresión "viejo verde" era un elogio enorme. No era un insulto sino un motivo de orgullo. Porque verde, en el latín vulgar, se asociaba al vigor (viridis a vigore era una expresión coloquial, "verde es vigor"), y por lo tanto, si a un hombre viejo le decían "viejo verde", significaba que estaba bien de salud, que era vigoroso y juvenil.
Miren cómo definía la palabra "verde" el lexicógrafo Sebastián de Covarrubias en 1611, en su Tesoro de la lengua castellana: "Es el color de la yerba y de las plantas cuando están en su vigor... No dejar la lozanía de mozo habiendo entrado en edad... A los que siendo viejos tienen verdor de mozos".
Pero hace unos tres siglos más o menos, comenzó a producirse un cambio de significado. Y el cambio lo hicieron las mujeres. Esa supuesta tardía lozanía (senex amator, era el latinajo que se usaba) se solía traducir en algo que podríamos bautizar como un optimismo exagerado por parte de esos amantes seniles. No vivían, como en los siglos venideros, la tragedia de la diferencia de edad. No sentían el más mínimo asomo de pudor para cortejar a las muy jóvenes, porque el pudor era un asunto asociado a la castidad de las mujeres. Es decir, todos los viejos se sentían viejos verdes. Y entonces, las mujeres mismas comenzaron a darle un giro semántico a la expresión. "Viejo verde llaman al que mantiene o ejecuta algunos modelos y acciones de joven, impropios de su edad".
En suma, el pecado jamás estará en desear, jamás estará en enamorarse, tenga la edad que se tenga el amante o el amado. No es pecado querer venderle el alma al diablo como Fausto ("Too old to be content with play, too young to be untroubled by desire…" Aunque Fausto, el gran poema dramático de Goethe y una de las obras cumbre de la literatura del siglo XIX fue escrito en alemán). No es pecado tener 70 años y suspirar por una de 18. Es humano, que es muy distinto.

Seguimos en un camino tortuoso e incierto …


Me canse de escribir de tan mal son nuestros gobiernos , porque hay una variedad del mal gobierno caracterizada por el prefijo “des”, que evoca desorden; podríamos decir entonces desgobernar -dicho sea en términos muy simples- es gobernar mal, es desordenar algo, perturbando su desarrollo natural idóneo con bloqueos y desviaciones perjudiciales en grupo o como individuos.
El desgobierno es genéricamente un mal gobierno, como lo vivimos con Cerezo, Serrano, Ramiro de león, Arzu, Portillo, Berger y ahora Colom (que aguanto como pueblo tenemos?).
Y es que quienes asumen el poder no piensan más que en la forma de cómo retenerlo y conservarlo, antes, durante y después de ostentarlo.
Muchos no entienden ni el concepto Gobierno, un termino con varias significaciones: es un sujeto que equivale a Consejo de Ministros, gabinete o ministerio.
Desde su inicio el gobierno de Colom vuelve a las costumbres de los antepasados improvisa, existe baja ejecución, despilfarro del dinero del pueblo, sin licitación no fiscalización, son algunas características del mal desempeño durante su gestión.
Los cargos se otorgaron para corresponder favores de campaña, o bien, a personas que de alguna manera contribuirían a dar una imagen “positiva” a nivel internacional. Esto explica la ineficiencia de las instituciones gubernamentales, pues se paso por alto el currículo, las experiencia y la idoneidad de los que serian funcionarios públicos.
Pero también debe considerarse otro aspecto: el buen o mal desempeño de una ministerio no depende únicamente del titular, sino de todo su equipo de trabajo.
Y por eso será difícil evaluar la gestión de cada uno de los miembros de gabinete, pero queda claro que se ha sentido una total ausencia de los ministerios en las municipalidades. Hay poca relación entre los miembros del gabinete y las comunas.
El problema permanece
La mayoría de carteras carecen de planes específicos de trabajo o soluciones a tantos problemas y cada día que pasa el gobierno dan claras muestras de ser incapaces hasta para improvisar. Tanto mencionar proveer soluciones en tan solo 100 días que el inicio termina siendo un completo fracaso y los resultados de la gestión podían preverse desde la conformacion del gabinete.

Spoiler: No Estamos Preparados para Esto

Cuando alguien lanza una frase que revuelve hasta al chapin creyendo que algun dia llegaruemos a un Mundial, lo primero que hace es abrir un...