dramáticamente entre sí? Porque el alma no envejece sola, sino que va detrás, llorando, volviéndose vieja a la fuerza, jalonada por la decrepitud progresiva del cuerpo. Como un reo que se arrastra y tropieza, atado a la carroza del verdugo. Pero por supuesto, como toda tragedia que se respete, esta tiene su contra parte. Para poder hablar de esa contra parte, les tengo que explicar la historia del vocablo. Es bastante curiosa. Hasta hace unos cuatro siglos, la expresión "viejo verde" era un elogio enorme. No era un insulto sino un motivo de orgullo. Porque verde, en el latín vulgar, se asociaba al vigor (viridis a vigore era una expresión coloquial, "verde es vigor"), y por lo tanto, si a un hombre viejo le decían "viejo verde", significaba que estaba bien de salud, que era vigoroso y juvenil.
Miren cómo definía la palabra "verde" el lexicógrafo Sebastián de Covarrubias en 1611, en su Tesoro de la lengua castellana: "Es el color de la yerba y de las plantas cuando están en su vigor... No dejar la lozanía de mozo habiendo entrado en edad... A los que siendo viejos tienen verdor de mozos".
Pero hace unos tres siglos más o menos, comenzó a producirse un cambio de significado. Y el cambio lo hicieron las mujeres. Esa supuesta tardía lozanía (senex amator, era el latinajo que se usaba) se solía traducir en algo que podríamos bautizar como un optimismo exagerado por parte de esos amantes seniles. No vivían, como en los siglos venideros, la tragedia de la diferencia de edad. No sentían el más mínimo asomo de pudor para cortejar a las muy jóvenes, porque el pudor era un asunto asociado a la castidad de las mujeres. Es decir, todos los viejos se sentían viejos verdes. Y entonces, las mujeres mismas comenzaron a darle un giro semántico a la expresión. "Viejo verde llaman al que mantiene o ejecuta algunos modelos y acciones de joven, impropios de su edad".En suma, el pecado jamás estará en desear, jamás estará en enamorarse, tenga la edad que se tenga el amante o el amado. No es pecado querer venderle el alma al diablo como Fausto ("Too old to be content with play, too young to be untroubled by desire…" Aunque Fausto, el gran poema dramático de Goethe y una de las obras cumbre de la literatura del siglo XIX fue escrito en alemán). No es pecado tener 70 años y suspirar por una de 18. Es humano, que es muy distinto.

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