
Por no bien establecida razón, en el consciente colectivo guatemalteco se percibe un temor a llamar a las cosas por su nombre, o dicho de otra forma, a mantener las apariencias.
Hace algunos años, una investigadora sevillana –Pilar Sanchíz-, realizó su tesis doctoral acerca de esa actitud de los chapines a aparentar condiciones que no corresponden con la realidad. Como diría la académica española, un hecho tan antiguo que se remonta a la época de la Colonia, porque se originaría en costumbres de los ibéricos que se embarcaron para lo que terminó siendo Guatemala.
A veces se explica contemporáneamente esta situación, ante la frecuencia de regímenes dictatoriales que ha tenido el país. Pero no creo que sea tan cierto, porque actualmente hay gente joven –de unos treinta años, por ejemplo- que no tienen plena consciencia de las dictaduras o gobiernos autoritarios, porque la mayor parte de su vida consciente la han pasado en la supuesta democracia, establecida en 1986. Muchos de ellos, probablemente la mayoría, califican de agresivo, de muy “fuerte” cuando se denuncia el ladronismo de los políticos, la corrupción de las instituciones, la rapiña de las arcas nacionales.
Creo, por lo tanto, que mientras la mayoría de guatemaltecos mantenga esa creencia, más tardaremos en encontrar el camino hacia la república, un Estado decente, una verdadera democracia que asegure el Estado de Derecho.
De ahí que es de celebrar la vuelta a los micrófonos de Emisoras Unidas del auténtico programa Hablando Claro (cuyo nombre había sido circunstancial y temporalmente utilizado por personas ajenas al programa original, para un programa en Guatevisión y una columna en Prensa Libre que, en ambos casos ahora se denomina Claro y Conciso).
Según me dicen, ahora Hablando Claro –en un año en el que particularmente es necesario tratar los asuntos nacionales con carácter y honradez-, estará de 3 a 5 de la tarde, a partir del lunes 28 de mayo y siempre con el Doctor Mario David García. Desde esta columna de El Quetzalteco no podemos dejar de dar la bienvenida a un programa que seguramente vendrá a reforzar el esfuerzo de la prensa por contribuir a que Guatemala encuentre el rumbo perdido por la dejadez, la condescendencia y la inacción.
Hace algunos años, una investigadora sevillana –Pilar Sanchíz-, realizó su tesis doctoral acerca de esa actitud de los chapines a aparentar condiciones que no corresponden con la realidad. Como diría la académica española, un hecho tan antiguo que se remonta a la época de la Colonia, porque se originaría en costumbres de los ibéricos que se embarcaron para lo que terminó siendo Guatemala.
A veces se explica contemporáneamente esta situación, ante la frecuencia de regímenes dictatoriales que ha tenido el país. Pero no creo que sea tan cierto, porque actualmente hay gente joven –de unos treinta años, por ejemplo- que no tienen plena consciencia de las dictaduras o gobiernos autoritarios, porque la mayor parte de su vida consciente la han pasado en la supuesta democracia, establecida en 1986. Muchos de ellos, probablemente la mayoría, califican de agresivo, de muy “fuerte” cuando se denuncia el ladronismo de los políticos, la corrupción de las instituciones, la rapiña de las arcas nacionales.
Creo, por lo tanto, que mientras la mayoría de guatemaltecos mantenga esa creencia, más tardaremos en encontrar el camino hacia la república, un Estado decente, una verdadera democracia que asegure el Estado de Derecho.
De ahí que es de celebrar la vuelta a los micrófonos de Emisoras Unidas del auténtico programa Hablando Claro (cuyo nombre había sido circunstancial y temporalmente utilizado por personas ajenas al programa original, para un programa en Guatevisión y una columna en Prensa Libre que, en ambos casos ahora se denomina Claro y Conciso).
Según me dicen, ahora Hablando Claro –en un año en el que particularmente es necesario tratar los asuntos nacionales con carácter y honradez-, estará de 3 a 5 de la tarde, a partir del lunes 28 de mayo y siempre con el Doctor Mario David García. Desde esta columna de El Quetzalteco no podemos dejar de dar la bienvenida a un programa que seguramente vendrá a reforzar el esfuerzo de la prensa por contribuir a que Guatemala encuentre el rumbo perdido por la dejadez, la condescendencia y la inacción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario