Tu muni tan rebosante de ineptitud

Las paredes de los recintos en que viven en cautiverio los animales del Zoológico Minerva en Quetzaltenango están deterioradas, ya no existen ni los frondosos árboles y los animales se están muriendo a causa de una construcción de concreto para un mercado.
Hoy en día en Quetzaltenango se está convirtiendo en un tormento para los animales residentes del Zoológico Minerva, que ya suficiente martirio tienen con sobrevivir encerrados en una jaula.
El sufrimiento de un lugar que estaba lleno de vida y que hoy se encuentra en plena agonía, ya que el alcalde regordete lo está matando. Vecinos de Xela aún recuerdan que el zoológico tenía peces, tortugas, mono saraguates y muchas más especies, pero ahora sólo hay rostros tristes y afligidos. Las consecuencias son graves: la flora está en plena agonía y la fauna está pereciendo. Hoy lo que los vecinos miran es construcciones y cada día menos zoológico. Un residente que desea estar en el anonimato dijo que antes llevaba a sus hijos a ver los animales que se criaban ahí, sin embargo, ahora sólo logra observar naturaleza muerta, inclusive animales en estado de descomposición.
Durante estos últimos días una comisión no lucrativa integrada por representantes honrados de la sociedad civil de Xela está alzando su voz en defensa del zoológico(http://www.parquezoologicominerva.blogspot.com/). Los puntos en discusión son la suspensión de 35 locales comerciales y 62 pisos de plaza que esta causando estragos al zoológico Minerva y el de crear un fondo municipal para poder alimentar a los pocos animales que quedan en el zoológico.

Desde hace más de tres años el zoológico afronta problemas financieros para alimentar a los animales, que ahora se agudizan porque el ruido de la maquinaria les causa estrés y el polvillo que se levanta ocasiona enfermedades respiratorias.
Hace ya más de dos años publique un artículo denominado: Un león muerto de hambre y un alcalde regordete, en donde mencioné que el león ya no tenía nada que comer, mientras que al alcalde le sobraban las viandas. Este cuento ya no es cuento…Aquí persiste la ley de la selva, sabemos que es el más fuerte el que sobrevive. La ciudad, que alguna vez fue más culta, ordenada y limpia, se esta convirtiendo en una selva ante la mirada indiferente de tantos. Así, mientras los animales del zoológico enflaquecían más cada día, el munícipe crecía y crecía en volumen...